El pasado lunes corrió por las redes sociales un video en que un docente universitario fue objeto de una agresión física. Al parecer el hecho se produjo dentro de las instalaciones del Instituto Universitario de Tecnología José Antonio Anzoátegui (IUPJAA) con sede en el municipio Anaco.

Ronald R. Rodríguez Barrios  ECS

El pasado lunes corrió por las redes sociales un video en que un docente universitario fue objeto de una agresión física. Al parecer el hecho se produjo dentro de las instalaciones del Instituto Universitario de Tecnología José Antonio Anzoátegui (IUPJAA) con sede en el municipio Anaco.

La brutal acción fue rechazada de manera masiva por personalidades y figuras renombradas dentro del resto de las casas de estudio universitario que hacen vida en Anaco. Así vimos a varios líderes y organizaciones de estudiantes, y del resto de los sectores de la comunidad condenando el asunto.

Según la narrativa que se ha conocido por medio de las redes sociales, un profesor fue atacado por una persona que ha estado relacionada por años con la institución educativa, en la que curso estudios por años, se desempeñó como líder estudiantil, relacionado de alguna manera con el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

El docente atacado respondería al nombre de Alí Orence. El supuesto agresor sería Edgar Torres. Este último ha hecho pública, al parecer, también por las redes sociales, un comunicado en el que da su versión de estos acontecimientos.

En el texto, supuestamente de Torres, este pide “disculpas a toda la comunidad universitaria” a la vez que “acepta y reconoce” haber tenido una “actitud (…) inapropiada y fuera de lugar”. 

Más adelante, se lee que “sin intentar justificar las acciones” Torres explicaría que todo se habría originado “producto de una serie de insultos, improperios” y “acusaciones emitidas por el docente que lamentablemente fue agredido”.

Asimismo el documento denuncia que Orence habría estado “incitando a los estudiantes a agredir” a Torres en una protesta estudiantil que se desarrollaba. Agrega que “el incidente (…) tenía la intensión de promover un conflicto (…) político procurando obtener beneficios y prebendas” a la vez de “suspender las actividades académicas de forma indefinida” siendo esto último mencionado lo que le llevó a involucrarse.

Acusado acusador 

El colofón de la misiva lo constituye el hecho de que Torres acusó a Celeste Orense, de comportamiento “morboso”. Explica el involucrado que la mujer que “desconocer totalmente” pretende “vilipendiar (…) de manera cruel, vil, inhumana e irresponsable” a Torres junto a sus hijos y otros familiares que “no son responsables de los actos” que él asume haber “cometido”.

Aprovecho Edgar Torres para hacer responsable a la mujer de “cualquier situación” que ocurra producto de haber expuesto en redes sociales fotografías del confeso agresor en compañía de “hijos y familiares”.

Finaliza el comunicado con una petición de Torres a la comunidad universitaria a “retomar el debido orden y normal desarrollo de las actividades académicas” e invitó a todos a “deponer acciones y actitudes que no contribuyan al sano desenvolvimiento” de la institución.