Ánima de María Alejandra Aparicio se revela a través de sueños a sus devotos

Carlos San Diego

EL TIGRE. El sincretismo religioso en el oriente del país siempre ha mantenido su arraigo en la fe del pueblo. Dentro de este sincretismo, la devoción por los santos y las deidades como ánimas y espíritus  a los que se invoca a través del nombre de Dios para la concepción de un milagro en casos imposibles, correspondiendo la mayoría de las invocaciones a sanar enfermedades, solucionar problemas económicos, resguardar rebaños o cosechas, obtención de grados de estudios, conseguir empleo, recuperación de bienes perdidos y hasta para la conquista y estabilidad del amor, entre otras peticiones, que siempre se hacen en medio de oraciones.

En la región de los llanos del estado Anzoátegui y en la zona colindante con el estado Guárico, existen varias deidades a las que por su poder de obrar para la concepción de milagros han ganado una gran cantidad de de devotos en el todo el país y también en el extranjero, como ocurre con el ánima del Taguapire Francisca “pancha” Duarte, con el ánima de Víctor Genaro, ubicadas cerca de Santa María de Ipire, en la vía nacional de Los Llanos, estado Guárico. También es muy bondadosa el ánima de Pica Pica José Zambrano, entre Chaguaramas y Valle de La Pascua, también en la misma  carretera  y en el mismo estado. Igualmente, encontramos el ánima de Quebradón, Juan Ramón Rodríguez, en el municipio Monagas, estado Anzoátegui.  Todas ellas cuentan desde hace más de un siglo con capillas sobre los restos de estos personas que murieron allí o fueron sepultados en esos lugares apartados de todo cementerio o recinto fúnebre urbano.

 

 

Entre Pariaguán y El Chaparro

En esta misma entidad de Anzoátegui, se encuentra, de un tiempo más reciente, el ánima de María Alejandra Aparicio, cuya capilla ha sido levantada a orillas de la carretera que comunica a la población de Pariaguán con El Chaparro, frente a la entrada del conocido hato Mata Redonda, municipio Mac Gregor, y a la que nos referiremos en este trabajo. 

Según información suministrada por la cantautora de música llanera Luisa Córdova “lucerito de Guayana”,  María Alejandra Aparicio nació 17 de mayo del año 1940, en el seno de una familia campesina, en la fundación La Belleza, del municipio Mac Gregor, estado Anzoátegui.

Era hija de Dionisia Ruiz de Aparicio y Bonifacio Aparicio oriundos de la zona de Los Robles, de esa misma jurisdicción.  Después de contraer matrimonio fundan La Belleza, donde crece la familia; María Alejandra es la segunda de siete hermanos nacidos en el matrimonio.

Ella fue madre soltera de cuatro hijos, tres hembras y un varón. Cruz, Zenaida, Belkys y William Aparicio, el nombre de la hija menor se le escapó de la memoria a su tío Margarito Aparicio,  hermano menor de María Alejandra Aparicio, al momento en que recopilaba los datos, manifestó Luisa Córdova.

 Margarito describe a su hermana María Alejandra, como una mujer dedicada y preocupada por la educación de sus hijos; los envió a estudiar a Pariaguán, donde estaba fabricando una casita para que ellos vivieran mientras estudiaban, y con frecuencia viajaba a El Chaparro, donde residía ella y sus familiares.

Cuenta Margarito que en una oportunidad, María Alejandra regresaba de Pariaguán a El Chaparro, a  eso de les cinco de la tarde, el 17 de diciembre del año 1971 y agarró la cola en un camión que distribuía el gas por la zona, en el cual venían también dos mujeres más, pero a la altura de la entrada al hato Mata Redonda, el conductor del camión cayó en un hueco, el vehículo se coleó y volcó; dio tres vueltas; en ese accidente donde perdió la vida María Alejandra Aparicio.

En la actualidad sus restos reposan allí, donde está hoy levantado su santuario.

 

Crece la devoción 

Luisa Córdova refiere que según la historia recopilada, con el paso del tiempo,  el lugar donde fueron sepultados los restos de María Alejandra Margarita, “se convirtió en un ánima que ayuda y protege a todo aquel que le pide con fe. Cantidades de personas de Venezuela y Colombia visitan su santuario, le rezan, le ofrecen promesas a cambio de recibir sus favores”.

 

Favores concedidos

En la entrevista de Luisa Córdova con Margarito Aparicio, destaca que entre los milagros concedidos por este ánima a sus devotos, se pueden decir algunos, “como el de un hombre humilde que viajaba a El Tigre con frecuencia en busca de empleo en una compañía porque se encontraba necesitado económicamente, después de encender una vela, le pidió con fe que le concediera el favor, que él a cambio le construiría la capilla. Después de largos días de espera el hombre regresó a su casa un jueves muy cansado y al acostarse a dormir por la noche María Alejandra le dijo que se levantara y se fuera al portón de la compañía que lo llamarían ese día para trabajar, y así fue. Ella le concedió el favor y él le cumplió con la promesa”.

 También relató Margarito, “que otro hombre de trabajo y buena posición en un momento de desespero por que su hijo se lo tenían secuestrado pidió al espíritu María Alejandra Aparicio, con mucha fe que su hijo apareciera sano y salvo, y ella a través de un sueño le dijo que al día siguiente que su hijo sería devuelto sano y salvo. Hasta la fecha, este señor cada 15 de agosto, que se celebra el día del ánima María Alejandra, cumple con ella con flores, velas, ofrendas y obsequios para ella y sus devotos”.

“Otro caso que nos sorprendió de esta revelaciones –dice Luisa Córdova-   fue que Williams, hijo de María Alejandra, le pidió que le concediera el favor del premio mayor de la lotería y hoy vive en la capital en una casa en las mejores condiciones que su madre le favoreciera”.

Margarito Aparicio se encargó hasta que tuvo fuerzas del resguardo y cuido del santuario, porque su hermana así se lo solicitó en un sueño.

Y es que por la  zona sur y centro del estado Anzoátegui, se propaga la devoción del ánima de María Alejandra Aparicio, que mediante revelación se manifiesta a sus devotos que le rezan y le piden con fe y ella se encarga de resolver los casos difíciles: los milagros existen.