Anaquenses comienzan a perder la esperanza en las acciones del diputado Juan Guaidó

Ronald R. Rodríguez Barrios / ECS

ANACO. Entre los miles de anaquenses que se oponen a la presidencia que ejerce Nicolás Maduro comienza a esfumarse la confianza que colocaron a principio de año en las gestiones que anunció el diputado Juan Guaidó, máxima autoridad de la Asamblea Nacional de Venezuela.
Como entre el resto de la población del país, un número considerable de habitantes de la localidad gasífera se incorporaron, otros regresaron, a las calles a manifestar su respaldo ante las acciones de líder del Poder Ejecutivo. El entusiasmo era evidente. Las protestas se caldeaban cada día.
También se fueron presentando en los llamados cabildos abiertos personas que reclaman acciones que procuraran encontrar soluciones a la crisis económica que ha empobrecido a límites insospechados e inimaginables a miles de venezolanos.
Hubo quienes abortaron sus inminentes planes de emigrar ante la posibilidad de que el país se reencontrara con el desarrollo económico. Luego de mucho patear la calle sin ver resultados inmediatos, al menos los que ellos esperaban, la desilusión ha comenzado a hacerse sentir en el ánimo de quienes abogan  por un cambio en la Presidencia de la República y un viraje en la materia económica que permita salir de la pobreza.
La emigración vuelve a ser la única opción que les queda a los venezolanos. “No saldremos de la crisis” afirmó Yoleida Marcano, quien sacó del congelador el pasaporte que obtuvo a finales de año. La mujer de 30 años de edad saldrá tan pronto pueda con destino a Quito, Ecuador, donde la aguarda su pareja desde hace dos años.

Responsables
A pesar de la evidente desilusión, las recriminaciones de Marcano no tienen como centro al diputado Guaidó. “Claro que (Guaidó) tiene responsabilidades, pero él da la cara” asegura la fémina que señala a todos los actores políticos del drama nacional.
Petra Durán sí que pone en el blanco de sus críticas al presidente del legislativo. “Le ha faltado coraje” opina la abuela de 50 años de edad porque, estima, que las acciones de Guaidó “no son contundentes y son erráticas”.

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