Reportaje: Eclipse de hace 100 años confirmó la teoría de Albert Einsten

Cuando Brasil se estrenaba como campeón de la tercera edición de la Copa América tras ganarle 1-0 a Uruguay, en Río de Janeiro y la película “Hands Up”, dirigida por Cindy Baer, dominaba en la cartelera, y a escasos cinco meses de haber concluido la Primer Guerra Mundial, la silueta oscura de la Luna cubrió y oscureció completamente la luz intensamente brillante del Sol, haciendo visible la corona solar.  
El jueves 29 de mayo de 1919 ocurría un eclipse total de sol, uno de los más históricos. Duró 6 minutos y 51 segundos, siendo el más largo desde el que se vio el 27 de mayo de 1416 y uno de los de mayor tiempo del siglo 20. Los eclipses tan largos habían sido en 1416 y en 1850.
No se observó en Europa. Y en la mayor parte de Suramérica y en África solo como eclipse parcial. Se vio total únicamente en una pista estrecha en la superficie de la Tierra, específicamente desde la salida del sol en el  norte de Chile hasta su puesta en Mozambique, en África Oriental, pasando por el océano Atlántico. Pero, cambió la manera en la que se entiende  el universo y, por ende, su historia.
“La población estacionó en las plazas públicas, impresionada por el sorprendente espectáculo que le ofrecía la naturaleza. Parecía que la aurora iba a romper y, en aquella oscuridad, los gallos cantaban y las abejas buscaban abrigo”, describía un periódico brasileño en 1919 el momento en que la población de Sobral, una ciudad en el interior de Brasil, presenció un eclipse total del Sol, publica la BBC en página web.

El eclipse duró 6 minutos y 51 segundos.

La ley universal de la gravedad del científico inglés Isaac Newton dominaba la ciencia, ya que proporcionaba una explicación precisa de las observaciones físicas, aunque el joven físico alemán de origen judío Albert Einstein había propuesto casi cuatro años antes la Teoría de la Relatividad General, que predecía la existencias de fenómenos tan espectaculares como los agujeros negros y las ondas gravitatorias. Aseguraba que la gravedad curvaba el espacio.
“La idea era mirar la posición de las estrellas cuya luz pasa cerca del Sol y compararla con la posición cuando el astro no está por medio. Ya que hay que distinguirlas cuando están muy cerca de la estrella, el experimento debería realizarse mediante un eclipse solar, cuando son visibles las estrellas de fondo”, explica José Fernández Barbón, investigador del Instituto de Física Teórica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, de España, citado por La Voz de Galicia, en su sitio electrónico.

Frank Dyson, astrónomo real británico y director del Royal Greenwich Observatory, fue el primero en darse cuenta que el eclipse del 29 de mayo de 1919 era una oportunidad única para verificar la teoría de Einstein.
Organizó dos expediciones científicas británicas a lugares próximos al Ecuador.  Ambas partieron en marzo. Una viajó a la isla Sobral, en el estado de Ceará, en la costa noreste de Brasil. La dirigió Charles Davidson, asistente de Dyson.
La otra,  encabezada por  el astrofísico Arthur Eddington, se trasladó hasta  la isla Príncipe, en la costa oeste de África,  entonces perteneciente a Portugal y que hoy forma parte de Santo Tomé y Príncipe, en el Golfo de Guinea. Se estableció en una plantación de cacao en Roça Sundy.

Los británicos llevaron instrumentos que permitieron proyectar los rayos solares sobre un punto fijo. Dos espejos móviles reflejaban la imagen del Sol hacia los telescopios. 

Durante el eclipse se tomaron un gran número de fotografías de estrellas con telescopios alrededor de la corona del sol, que normalmente no se verían por la potente luz que se estudiaron durante varios meses.
Eddington consideró que la verificación experimental de la desviación de un rayo luminoso por el campo gravitatorio del Sol, que ya vislumbró a través de un primer análisis de sus placas fotográficas cuando todavía se encontraba en la Isla del Príncipe, había sido el mejor momento de su vida.
Y el 30 de octubre Eddington, Dyson y Davidson informaron de los resultados del estudio de las medidas tomadas en las islas brasileña y africana que validaban la teoría de la relatividad general de Einstein.
La sensación de saber que una nueva teoría explicaría lo que la teoría de Newton, que había reinado 250 años, no explicaba, llevó a abarrotar la conferencia convocada por la Roya Society, publica el diario El Sol, de México, en su página web.
Tres meses más tarde publicaron el artículo “A Determination of the Deflection of Light by the Sun’s Gravitational Field, from Observations Made at the Solar eclipse of May 29, 1919” (Una determinación de la desviación de la luz por el campo gravitatorio del Sol, a partir de observaciones hechas en el eclipse solar del 29 de mayo de 1919").
El eclipse demostró que Einstein tenía razón, la gravedad de las estrellas desvía la luz que pasa cerca de ellas.
Los principales periódicos se hicieron eco de la noticia. El 7 de noviembre, el londinense The Times anunciaba: “Revolution in science/new theory of the universe/newtonian ideas overthrown”  (Revolución en la ciencia/nueva teoría del universo/las ideas newtonianas derrocadas).
Tres días después, en Estados Unidos, el New York Times publicó “Light All Askew in the Heavens/Men of Science More or Less Agog Over Results of Eclipse Observations/Einstein Theory Triumphs” (Luces colgando en el cielo/Hombres de ciencia más o menos excitados por los resultados de las observaciones del eclipse/La teoría de Einstein triunfa).
Más tarde, el 20 de enero de 2020, el periódico australiano Western Argus  publicó también “Revolution in science/new theory of the universe”. (Revolución en la ciencia / nueva teoría del universo).

Se consagraba así Einsten como una estrella gracias a la determinación experimental de la desviación de la luz de otras estrellas.
 “Una nueva teoría del universo, la creación de un judio alemán que trabajaba en Berlín, fue confirmada por un cuáquero inglés en una pequeña isla africana”, escribió el físico, matemático y divulgador científico estadounidense Joseph P. McEvoy en su libro Eclipse, publicado en 1999.
“La hazaña catapultó al joven físico alemán, hasta el momento desconocido, a la fama mundial y lo convirtió en una de las figuras más relevantes de la Historia”, publica la BBC.
“Algunos científicos consideran que el anuncio de los resultados del experimento hecho en este eclipse fue uno de los mayores momentos de la ciencia”, dijo el físico Luis Carlos Bassalo Crispino, de la Universidad Federal de Pará, en Brasil, autor de artículos sobre el episodio, destaca la BBC.
Agrega: “El impacto fue tan grande que, en los años siguientes, la teoría de Einstein permitiría la formulación de la teoría del Big Bang, un modelo para explicar cómo empezó el universo. Además, se creó una rama especial de la astrofísica -la cosmología física- solo para estudiar ese tema. La relatividad general demostró que era posible la existencia de agujeros negros y, años más tarde, la creación del GPS”.